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miércoles, 9 de marzo de 2016

Terapia con la caja de arena.

En el  trabajo con la caja de arena  se estimula al paciente a crear “lo que él quiera”, la idea central es permitirle a cada persona reflejar su mundo interno a partir de la representación de sus fantasías. Utilizando el material del segundo cajón (la caja con juguetes en miniatura) el paciente formará escenas, mundos fantásticos que dan cuenta de su situación psicológica.

El terapeuta debe respetar las producciones del paciente tratando de hacer que sus intervenciones no manipulen el curso del trabajo elaborado por el paciente, debe ubicarse a cierta distancia a observar activamente el proceso creativo mientras hace intervenciones clínicas.


Para favorecer el trabajo creativo, el terapeuta se vale de estrategias proyectivas que permitan una expresión de las fantasías del paciente. Será común entonces que el terapeuta pida inventar una historia para animar la escena recreada en la Caja de Arena, obteniendo así una gran cantidad de características de la representación formada por el paciente. Además, no se debe presionar al paciente para que relacione el trabajo actual en la Caja de Arena con síntomas o con problemáticas actuales que resulten evidentes. El trabajo  terapéutico se haya en el acto creador experimentado, la asociación de representaciones alrededor del mismo. Cabe aclarar pues que no presionar no significa excluir del trabajo todos esos esfuerzos verbales por darle un sitio a la problemática actual. Lo que se pretende es ofrecer el espacio y herramientas para un juego libre, no reglado y con las condiciones propias de un ambiente seguro que favorezcan la expresión de los conflictos intrapsíquicos.

Comúnmente se lleva un registro fotográfico de los diversos mundos, escenas creadas por el paciente durante el proceso propio de una psicoterapia. Pero otras formas de registro pueden ser dibujos, graficas o esquemas que permitan igualmente registrar el trabajo elaborado por el paciente en calidad de fantaseador. Lo importante es tener en cuenta que las diversas formas de  registro constituyen la creación del material visual de carácter interpretativo[1]. Estos esquemas, gráficos, dibujos o fotografías son utilizados para mostrar al paciente lo acontecido durante el proceso.



La consigna: Dora Kalff (1982) propuso una consigna no estructurada para invitar a sus pacientes al trabajo en la Caja de Arena: “busca en la caja hasta que encuentres algo que te hable, ponlo en el arenero y añade lo que quieras”. Con el tiempo esa consigna se ha modificado levemente acomodándose al estilo de cada terapeuta. Así pues yo he empleado y escuchado consignas como “vamos a crear un mundo”, “ven inventa algo con la Caja de Arena”, “vamos a jugar”, “que te gustaría hacer con todas esas cosas” etc.

Durante todo el proceso se da un énfasis particular a la relación transferencial para poder tener en cuenta las condiciones relacionales y especificidades vinculares de cada paciente, así mismo resulta importante considerar la forma en que entremezcla elementos de la  vida familiar, amorosa, profesional, etc.… como en cualquier proceso terapéutico.

En la Caja de Arena se pretende dar forma al misterio, aproximarse al misterio mediante la acción del jugar para darle un lugar en la vida a eso que resulta innombrable, eso que no pudiéndose vincular con la razón termina por escapar del inconsciente como síntoma, como trauma, como complejo… y a fin de cuentas un problema constante en la vida del paciente.





[1] HURTADO, M. Hortensia, El Juego de la Caja de Arena y su aplicación a un caso único en el proceso clínico de evaluación y terapia dinámica.  En: Memorias I Jornada de Investigaciones en Psicología Clínica.  Barranquilla: Universidad del Norte, 1998. p. 64-65.

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